Reforestación: la clave para un futuro sostenible
Escrito por: Heuzer Guimarães | Junio 4 de 2025
¿Sabías que América Latina pierde millones de hectáreas de bosque cada año a causa de la tala ilegal, los incendios y otras actividades extractivas? Frente a esta realidad, la reforestación se convierte en una necesidad urgente. En una región con inmensa biodiversidad, restaurar y proteger la cobertura forestal es clave para mitigar el impacto ambiental y garantizar materias primas sostenibles para industrias esenciales, como la producción de fibra virgen de celulosa para la fabricación de papel y cartón.
La industria papelera tiene un rol clave en este contexto. A través de modelos de gestión forestal sostenible, puede ser parte de la solución, garantizando materia prima renovable, reduciendo la presión sobre bosques nativos y fomentando la economía circular.
¿Cuál es la diferencia entre forestar y reforestar? Hablamos de forestación cuando se plantan árboles en zonas donde antes no había bosque, y de reforestación cuando lo que se busca es recuperar ecosistemas que fueron talados o degradados. Ambas prácticas pueden hacerse con fines de conservación, restauración ecológica o aprovechamiento productivo.
En ese último caso, hablamos de plantaciones comerciales: bosques cultivados y manejados con fines industriales, bajo estándares ambientales exigentes y certificaciones ambientales como FSC® y PEFC™. Estas plantaciones no reemplazan a los bosques nativos, sino que ayudan a reducir la presión sobre ellos al proveer una fuente alternativa y trazable de materia prima. Cuando están bien gestionadas, sus beneficios se extienden al desarrollo local, el empleo directo e indirecto, al consumo sostenible y la conservación y preservación de los bosques nativos que conforman la base de la Reserva Legal de las propiedades rurales.
Cultivar para conservar: nuestra apuesta en Colombia y Brasil
En Smurfit Westrock administramos más de 120.000 hectáreas de patrimonio forestal en América Latina, combinando conservación, productividad y restauración. En Colombia gestionamos más de 67 mil hectáreas, de las cuales el 33% está destinado exclusivamente a la protección de bosques nativos, hogar de más de 1.400 especies, muchas de ellas en riesgo de extinción. Nuestro manejo forestal responsable está respaldado por más de 20 años de Certificación FSC®, que garantiza prácticas sostenibles en toda la operación. Pero el compromiso no termina ahí, el modelo forestal colombiano se complementa con investigación en biodiversidad, restauración ecológica, educación ambiental y generación de empleo en zonas rurales.
En Brasil, operamos sobre 54.000 hectáreas, y más del 43% corresponde a áreas de preservación de bosque nativo que alberga aproximadamente 700 especies de fauna y flora brasileña. El resto se utiliza para las más productivas plantaciones forestales comerciales del mundo bajo manejo forestal responsable. Las operaciones cumplen con estrictas normativas ambientales y cuentan con certificación FSC® y PEFC™, que garantiza principios, criterios e indicadores de prácticas sostenibles desde el vivero hasta la cosecha y logística de transporte de madera. Además, junto con acciones de desarrollo socioambiental, se desarrollan proyectos de innovación como operaciones remotas mediante el uso de inteligencia artificial, drones en operaciones forestales, tecnologías avanzadas de clonación como la embriogénesis somática y efectivas áreas de experimentación forestal.
Ambos países integran un modelo circular, que incluye tanto fibra reciclada como virgen proveniente de fuentes responsables y sostenibles. Esta circularidad es esencial ya que el papel no puede reciclarse indefinidamente.
Una oportunidad regional: consumo responsable y bosques sostenibles
Aunque nuestra actividad forestal se concentra en Colombia y Brasil, el compromiso con la sostenibilidad se extiende a toda la región. En Argentina y Chile, donde operamos plantas de conversión y molinos de papel, trabajamos con material 100% reciclado. Al mismo tiempo, estos países cuentan con una industria forestal profesionalizada en localidades como Misiones, Corrientes y el sur chileno, que proveen fibra virgen certificada para abastecer a gran parte del mercado regional.
Esto garantiza que, tanto en operaciones propias como a través de nuestra red de suministro, cada fibra tenga un origen trazable, sostenible y alineado con estándares internacionales de manejo forestal.
Este tipo de plantaciones no es la excepción, sino una realidad en crecimiento. Según la FAO, el uso de madera de plantaciones comerciales ha crecido de forma sostenida en varios países latinoamericanos, consolidándose como una alternativa viable y sustentable.
Cuando se gestionan de forma técnica y responsable, estas plantaciones forestales generan mucho más que materia prima. Sus beneficios abarcan desde la activación de economías rurales y desarrollo social hasta la conservación de la biodiversidad y la mitigación del cambio climático. En distintos países de la región, este modelo ya demuestra su capacidad para equilibrar producción y conservación, y abre una puerta concreta hacia un desarrollo sostenible a largo plazo y permanente.