¿Qué es la inversión social y por qué es importante?
Escrito por: Catalina Barberena | Septiembre 2 de 2025
En los últimos años, términos como sostenibilidad, responsabilidad social y desarrollo inclusivo dejaron de ser tendencia para convertirse en parte esencial de la agenda global. Son conceptos que responden a retos que nos tocan a todos: la desigualdad, la violencia, el cambio climático y el acceso a oportunidades o servicios básicos.
En este contexto, la inversión social es una de las formas más efectivas de generar cambios reales. Pero… ¿qué significa realmente invertir socialmente?, ¿cuál es rol de las entidades públicas y privadas en ella? ¿qué tiene que ver con los criterios ESG de los que tanto se habla? y, sobre todo, ¿por qué es clave para el futuro de nuestras sociedades y economías?
En estas líneas quiero contarte por qué la inversión social es una herramienta clave para el desarrollo sostenible, cómo podemos impulsarla desde distintos sectores y por qué, hoy más que nunca, es urgente apostarle a ella.
¿Qué es la inversión social?
Invertir socialmente es creer en el poder transformador de las personas y los territorios. No se trata solo de entregar recursos, sino de construir valor compartido, de cerrar brechas sociales y de aportar a un futuro más justo desde lo colectivo.
En términos técnicos es la asignación estratégica de recursos —financieros, humanos, tecnológicos o de conocimiento— para generar beneficios sociales, más allá de la rentabilidad económica inmediata.
En la práctica, la inversión social suele tomar forma a través de agencias estatales, cooperación internacional, fundaciones (empresariales o familiares) modelos de responsabilidad social o alianzas publico privadas estratégicas, donde se combinan recursos, capacidades e intereses colectivos para lograr resultados de gran alcance. Un ejemplo relevante en el contexto colombiano es el mecanismo de obras por impuestos que permite a las empresas destinar parte de su carga tributaria a la ejecución directa de proyectos en territorios con mayores necesidades, generando así un doble impacto: impulsar el desarrollo económico local en las zonas más afectadas por el conflicto armado colombiano mientras se transforman de manera sostenible las condiciones de vida de las comunidades.
Inversión social y criterios ESG La conexión con los criterios ESG
Hoy la inversión social está estrechamente ligada a los criterios ESG (Environmental, Social & Governance), un conjunto de estándares que guían la evaluación de sostenibilidad en las empresas y organizaciones. En este marco, la S, el componente social, es el corazón de la inversión social.
Incluye aspectos como:
- Derechos laborales y condiciones de trabajo dignas.
- Igualdad de género y diversidad.
- Inclusión financiera y social.
- Salud y seguridad.
- Impacto positivo en comunidades locales.
Cumplir con estos estándares no solo transforma positivamente la vida de las personas, sino que también fortalece la propuesta de valor y la sostenibilidad a largo plazo de las organizaciones y sus entornos. No se puede tener un negocio exitoso, si el entorno donde está no crece de la misma manera.
Incorporar el componente social de manera sólida en la estrategia empresarial permite anticipar riesgos, abrir nuevas oportunidades y generar ventajas competitivas. No es casualidad que los fondos de inversión y capitales internacionales prioricen cada vez más iniciativas con impacto social comprobado, pues estas demuestran visión de futuro y capacidad para contribuir a un desarrollo inclusivo y sostenible.
¿Por qué es importante invertir en iniciativas y proyectos sociales?
Hacerlo no solo es políticamente necesario, también es profundamente significativo. Invertir socialmente es una forma concreta de responder a los grandes retos que enfrentamos como humanidad: la pobreza, las brechas en el acceso a servicios esenciales, el derecho a una vida digna, la seguridad alimentaria y el acceso al agua potable. En Smurfit Westrock sabemos que apostar por la inversión social es reconocer que el desarrollo de las comunidades impulsa también el desarrollo de las organizaciones que las rodean: cuando las comunidades crecen, todos crecemos.
Entre las razones clave para invertir socialmente, se encuentran:
- Responde a problemas estructurales: La inversión social permite construir soluciones sostenibles frente a desafíos que impactan profundamente a las comunidades, como el desempleo, la inseguridad alimentaria o la violencia de género. Son problemáticas de tal complejidad que, en muchas ocasiones, no pueden ser abordadas únicamente desde el sector público, pues requieren la articulación de esfuerzos entre el sector privado, la sociedad civil y el Estado para es clave para innovar y transformar realidades de fondo y aportar a un desarrollo más equitativo.
- Genera desarrollo económico sostenible: Una población con mayor bienestar, capacitada y con metas colectivas claras tiene mayor movilidad social. Las inversiones sociales fortalecen el capital humano, volviéndolo más apto y preparado, lo cual incrementa la competitividad de las regiones y países, contribuyendo al desarrollo socioeconómico.
- Promueve la equidad y la inclusión: La inversión social es una apuesta decidida por la inclusión, que amplifica las voces de las comunidades y fomenta la colaboración para construir juntos un futuro más equitativo. A través de visiones compartidas y una ciudadanía diversa que le apueste a trabajar por el bien común, se amplían oportunidades reales promoviendo justicia y cohesión social.
- Reduce riesgos y conflictos: Sociedades con desigualdad y exclusión son más vulnerables a la violencia, delincuencia y conflictos. Invertir en bienestar y en reducción de brechas es también una forma de prevenir crisis y reducir riesgos sociales, legales y reputacionales, o incluso de apoyar a la reincorporación de grupos sociales que hicieron parte de conflictos existentes en el pasado.
- Responde a una nueva demanda social: Consumidores, trabajadores e inversionistas prefieren organizaciones con causas sociales auténticas y coherentes. La inversión social es un elemento clave de las marcas responsables e inspiradoras, posicionándolas mejor en el mercado.
¿Cómo gestionar eficazmente las inversiones sociales?
Con más de 60 años de experiencia y siendo pioneros en fundaciones empresariales en Colombia, en Smurfit Westrock y nuestra Fundación hemos aprendido que para que la inversión social sea realmente transformadora no basta con asignar recursos a proyectos: es fundamental hacerlo con una gestión participativa, estratégica y medible, que tenga en cuenta factores como:
- Un diagnóstico e identificación de necesidades: Toda inversión social debe partir de un diagnóstico colaborativo, donde las comunidades sean protagonistas y corresponsables de su propio desarrollo. Conocer la realidad del territorio, las necesidades de los actores del territorio y los desafíos específicos permiten desarrollar procesos pertinentes y contextualizados. A partir de esta información, es importante definir un plan estratégico que permita orientar la inversión social hacia esa visión compartida, proyectando objetivos a corto, mediano y largo plazo, como se detalla en el siguiente punto.
- La definición de objetivos claros y medibles: Los proyectos deben tener metas específicas y resultados esperados definidos desde el inicio. Esto permite medir el impacto, aprender durante el proceso, mejorar continuamente y establecer los aportes que de manera corresponsable todos los actores aportamos. Hacer seguimiento con indicadores sociales, tanto cuantitativos como cualitativos, es fundamental. También debemos estar dispuestos a compartir lo aprendido: socializar los resultados, reconocer los logros y los retos, hacer parte del compromiso con la transparencia y el impacto real.
- Participación de la comunidad y aliados claves de los territorios: Las comunidades son parte activa en el diseño, implementación y evaluación de los procesos. Construir con su voz y experiencia no solo fortalece la pertinencia de las acciones, sino que promueve apropiación, la corresponsabilidad y sostenibilidad en el tiempo. Solo lo que nace desde el diálogo y la participación tiene la fuerza para transformar y sostenerse, de verdad.
- Transparencia y rendición de cuentas: Hablar con honestidad sobre lo que hacemos y logramos es parte del compromiso que asumimos al invertir socialmente. Por eso, propiciar instancias locales de gestión que lideren y movilicen agendas fortalece la transparencia, la corresponsabilidad y la apropiación.
La más reciente encuesta de la ANDI (2025) evidencia un avance importante: el 52 % de las empresas ya mide sus intervenciones sociales. Sin embargo, aún tenemos camino por recorrer. Medir, contar y compartir lo que construimos con las comunidades es esencial para que nuestras apuestas sociales sean cada vez más coherentes, efectivas y transformadoras.
- Innovación social: Aportar a la implementación de nuevos mecanismos de trabajo colaborativo entre los sectores público y privado es fundamental para seguir impulsando apuestas innovadoras de inversión social. A partir del proceso de paz se abrieron caminos de trabajo valiosos, como el mecanismo de Obras por Impuestos, que permite a las empresas ampliar las formas de contribuir al desarrollo territorial. La infraestructura, en este sentido, se convierte en un factor clave para dinamizar los procesos locales y fortalecer las capacidades de las comunidades.
Smurfit Westrock y la inversión social
Hoy, la ciudadanía no es solo un asunto de individuos. Las organizaciones también deben asumir un rol activo en la construcción del país. La gran pregunta ya no es cuánto produce una empresa, sino cuánto transforma. ¿Cómo aporta al bienestar común?
En 2024, Smurfit Westrock y nuestra Fundación invirtieron $13.600 millones en iniciativas sociales que impactaron a 21.800 personas en 30 municipios. Estos proyectos ayudan a promover el bienestar de las comunidades rurales, la inclusión, la movilidad social, la infraestructura vial y educativa, y el fortalecimiento de capacidades, consolidando una apuesta de largo plazo construida de la mano de comunidades y aliados estratégicos.
Esta inversión social se complementa con nuestra participación en el mecanismo de obras por impuestos, realizando una inversión de más de $46.100 millones de pesos en proyectos de alto impacto en sectores infraestructura vial y en el sector de la educación, beneficiando a más de 200.000 personas pertenecientes a los municipios de Salento (Quindío), El Tambo y Cajibío (Cauca), Riosucio (Caldas), Bolívar y Darién (Valle del Cauca). No es solo infraestructura: es confianza, oportunidades y cierre de brechas históricas.
En definitiva y tras ocho décadas en Colombia entendemos que la inversión social representa un cambio de paradigma en la forma de comprender el desarrollo y la responsabilidad de los distintos actores de la sociedad. No hay desarrollo empresarial sin desarrollo territorial. La sostenibilidad exige ética, escucha y propósito. Cuando estos principios guían el quehacer empresarial, el desarrollo deja de ser promesa y se convierte en una realidad compartida. Una huella que permanece.
El mundo necesita iniciativas que construyan puentes para eliminar las distancias que nos separan de la justicia y el equilibrio social, es lo que nos permitirá, entre otras acciones, construir un futuro más próspero para todas las personas.