Reforestación comercial: ¿qué es y por qué debería importarnos?
2022-12-12T00:00:00

Reforestación comercial: ¿qué es y por qué debería importarnos?

 

 

*Este artículo fue publicado por Smurfit Kappa Colombia en el diario El Espectador en noviembre de 2022. Fuente: El Espectador

Colombia podría llegar a ser el segundo productor forestal de Latinoamérica en tres décadas, sin embargo, estamos poco familiarizados con la reforestación forestal y su contribución contra el cambio climático.

En noviembre de 2021, Colombia anunciaba su estrategia climática “Camino a Cero”, mediante la cual empezaba a orientar la hoja de ruta para atender la crisis por el cambio climático, lograr la carbono neutralidad para el 2050 y reducir en un 51% las emisiones de gases de efecto invernadero para el 2030. Al tiempo, llamaba la atención sobre la necesidad de crear sinergias entre todos los actores de la sociedad para cumplir con los objetivos establecidos, partiendo de una premisa que parece obvia, pero que en la práctica puede que no lo sea tanto: detener el cambio climático y ser más sostenibles requiere de una perspectiva sistémica que busque el equilibrio entre los elementos ambientales, sociales y económicos.

Hoy por hoy, tenemos algunas cosas claras como que en Colombia, así como en el resto del mundo, hay una preocupación y un compromiso cada vez más fuerte por combatir el calentamiento global, reducir las emisiones que se generan tras actividades humanas y compensar con otras iniciativas cualquier emisión o residuo que quede en el ecosistema; que el tejido empresarial es cada vez más consciente de su rol y le ha apostado a poner en marcha acciones que incluyen, entre otras cosas, la optimización de plantas de producción, la compra de bonos, la adopción de energías más limpias y renovables; y que los consumidores han modificado sus hábitos y comportamientos en una apuesta por sumarle minutos al planeta. Aún con ello, lo cierto es que a veces dejamos de ver o desconocemos las potencialidades de algunas actividades como la reforestación comercial.

Una actividad que, como su nombre lo indica, busca la obtención y comercialización sostenible de productos maderables y no maderables a partir de plantaciones forestales en las que se siembran y cosechan distintos tipos de árboles.

Pero, ¿qué tiene que ver la reforestación comercial con el cambio climático?

 

Tiene mucho que ver, pues reforestar implica nuevos árboles para ayudar a mantener el equilibrio en el ecosistema. En otras palabras, se cambia la trayectoria de una zona degradada al restablecer sus funciones ecológicas para que vuelva a una condición natural en la cual se logra capturar carbono, producir oxígeno y mitigar los impactos del cambio climático. Pero, además, la cadena productiva que se genera con la reforestación comercial trae beneficios en otros frentes dentro de los cuales se encuentra la:

  • Disminución de la erosión de los suelos.
  • Regulación de las corrientes de agua.
  • Creación de fuentes de empleo en áreas rurales.
  • Preservación de la flora y fauna silvestre.
  • Protección de los bosques naturales.
  • Producción de biomasa para la generación de energía.

De allí, que existan políticas públicas como el “Plan de acción para el desarrollo y consolidación de la cadena productiva de las plantaciones forestales con fines comerciales para la obtención de madera 2018-2038″ publicado por la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA), en la cual se traza el objetivo de tener una cadena productiva de las plantaciones forestales comerciales desarrollada y consolidada para el 2038, y que muchas empresas privadas adelanten esfuerzos para potencializar las plantaciones existentes.

Entonces, ¿debería importarnos la reforestación comercial en Colombia?

 

Sí, y más aún si se considera el potencial que tiene el país en términos forestales. Empecemos por mencionar que, gracias a su ubicación estratégica que atraviesa 2 océanos y 3 cordilleras, Colombia cuenta no sólo con condiciones climáticas y topográficas favorables para el crecimiento de árboles, sino además con una posición clave para el comercio exterior. Razón por la cual, la Federación Nacional de Industriales de Maderas (Fedemaderas) estima que Colombia podría llegar a ser el segundo productor forestal y de madera de Latinoamérica en tres décadas, si se adoptan medidas para duplicar las plantaciones forestales comerciales y la producción de madera actual.

Y es que más allá de esto, las cifras demuestran que hay una necesidad latente de reforestar pues, aunque Colombia cuenta con el 52% de su área territorial cubierta por bosques nativos, 26 millones de hectáreas están siendo destinadas a otros usos, poniendo en peligro la fertilidad de sus suelos y exponiéndolos a su degradación. Adicionalmente, en los últimos cinco años, se deforestaron más de 900 mil hectáreas, que hoy contrastan con las 540.000 hectáreas de plantaciones forestales con fines comerciales que existen en el país. Y también se calcula que la madera proveniente de zonas deforestadas ilegalmente abastece cerca del 40% del consumo.

Bajo este contexto, no sorprende que la respuesta inmediata a si debería importarnos sea afirmativo; ni que empresas como Smurfit Kappa – Compañía líder en la fabricación de empaques a base de papel y cartón con una trayectoria de casi 80 años en el país – trabajen por potencializar las plantaciones forestales como una oportunidad para que Colombia se beneficie de sus ventajas no sólo ambientales, sino también sociales y económicos; considerando, entre otras cosas, que el sector forestal ocupa el 0,79% del PIB y genera en su cadena productiva cerca de 12 empleos directos por cada hectárea cultivada.

Esta Compañía, cuenta con plantaciones forestales de pino y eucalipto en los departamentos del Valle, Cauca, Quindío, Risaralda y Caldas, de los cuales extraen productos maderables y fibra virgen para su portafolio de productos. Desde el 2003, cuenta con la certificación FSC® (Forestal Stewardship Council), que garantiza el manejo responsable de su actividad forestal, bajo la aplicación de altos estándares en los componentes ambiental, social y económico. De esta forma, Smurfit Kappa ha logrado abastecerse de forma sostenible de la materia prima con la cual trabaja y también ha liderado en estas regiones rurales iniciativas que propician el crecimiento económico, la utilización responsable de los recursos naturales y la equidad social.

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Ejemplo de lo anterior, son las alianzas estratégicas que ha hecho con diferentes universidades que le han permitido identificar más de 2.800 especies de flora y fauna al interior de las casi 22 mil hectáreas de bosques naturales que protege y conserva como parte de su patrimonio, entre las cuales se incluyen algunas especies en peligro de extinción, como lo es el oso andino. Otros ejemplos son las colaboraciones que ha hecho con caficultores de estas regiones para introducir sinergias ecológicas a partir de la coproducción de plantaciones forestales; los programas que ha desarrollado de prevención y control de incendios, plagas y enfermedades forestales para proteger la sanidad de sus bosques y el entorno; el trabajo que hace con las comunidades vecinas para involucrar a la población local en las tomas de decisiones relacionadas con el campo forestal; entre otras cosas.

Así como Smurfit Kappa, hay más compañías que están aprovechando las plantaciones forestales desde su contribución para el crecimiento verde, el fortalecimiento de la economía circular, la creación de cadenas productivas con impacto en las regiones de operación, y el desarrollo sostenible del sector forestal. Hoy, según la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA), existen aproximadamente 7 millones de hectáreas disponibles para la reforestación comercial. Pero, alcanzar las metas que nos hemos trazado como sociedad en los últimos años, implicará un esfuerzo por reducir este número y potencializar los beneficios que traen para las personas, las comunidades, el medio ambiente y la prosperidad del país.