Empaques sostenibles y experiencia del consumidor
Agosto 20 de 2025
El empaque del producto es el primer punto de contacto físico entre una marca y su consumidor, además de una oportunidad para transmitir valores. Con más información y nuevas exigencias regulatorias, los consumidores prestan cada vez más atención al impacto ambiental del empaque.
El empaque influye directamente en la decisión de compra, en la fidelidad y en la percepción de marca. ¿Está hecho con materiales reciclables? ¿Proviene de fuentes renovables? ¿Es fácil de separar? ¿Tiene un diseño que comunica compromiso ambiental? Estos detalles ya no pasan desapercibidos.
Diversos estudios lo confirman. Según Kantar, los consumidores “eco-activos” (aquellos altamente comprometidos con la sostenibilidad) ya representan el 28 % de la población en América Latina y siguen creciendo. Además, un estudio de Nielsen identificó que el 62 % de los consumidores en la región considera el empaque como un factor relevante al elegir productos con impacto ambiental positivo. El empaque, en definitiva, habla antes que el producto.
Herramientas y casos que aplican sostenibilidad real
Cuando hablamos de empaque sostenible no hablamos solo de elegir materiales reciclados, hablamos de una visión integral.
En Smurfit Westrock trabajamos con herramientas que permiten analizar y mejorar cada etapa del ciclo de vida del empaque, asegurando funcionalidad, eficiencia y un menor impacto ambiental.
Un caso concreto es el de Kreef, una compañía de El Salvador del sector de alimentos, que logró reducir el uso de plástico en sus empaques en un 98%. En línea con nuestra visión de Better Planet Packaging, este rediseño transformó el empaque en un reflejo tangible de los objetivos de sostenibilidad de la marca. A través del modelo SupplySmart, rediseñamos sus cajas utilizando un cartón laminado de alta resistencia que soporta el peso sin deformarse, evita la transferencia de grasa y mantiene la calidad de impresión sobre un fondo kraft. Todo esto, sin comprometer las propiedades de barrera del empaque.
Este tipo de solución es posible gracias a herramientas como:
- Metodologías SMART, que analizan el rendimiento logístico y ambiental del empaque.
- InnoTools, que permiten comparar alternativas de diseño y su impacto.
- Centro de Experiencias, espacios colaborativos donde se co-crean soluciones junto al cliente, integrando sostenibilidad, estética y funcionalidad.
Estas soluciones optimizan procesos y conectan los objetivos de sostenibilidad con decisiones concretas de diseño y producción que pueden generar un impacto más allá de su utilidad como empaque. Contar con procesos basados en datos y colaboración permite transformar la sostenibilidad en un resultado tangible.
Diseñar experiencias más allá de la sostenibilidad
Ya vimos que los empaques no solo protegen los productos, si no que los usuarios esperan un impacto ambiental positivo en lo que consumen. Pero, además, en esta era dominada por lo digital y las redes sociales, el empaque construye también una narrativa de experiencias. El momento de abrir un producto, el famoso unboxing, se volvió parte del viaje del consumidor.
Los videos de unboxing son un fenómeno global. Muestran en detalle cómo llega un producto, cómo está empacado y qué transmite. Según el estudio de Wyzowl (2024), el 87% de las personas afirma haber sido convencida de comprar un producto tras ver un video. La percepción de sostenibilidad, calidad y cuidado en el detalle influye directamente en esa decisión.
Para un buen unboxing la marca debe pensar desde los materiales hasta la facilidad de apertura, la presentación del contenido y la coherencia con la imagen de marca. Un empaque con mensaje claro, visualmente atractivo y respetuoso con el ambiente se convierte en un refuerzo emocional del valor del producto.
Y si ese momento sorprende, emociona o genera confianza, es mucho más probable que el consumidor quiera repetirlo.