El reto
Thiriet, el tercer mayor fabricante de helados de Francia, utilizaba múltiples materiales de embalaje para su producto "Omelette Norvégienne", entre los que se incluían aluminio, poliestireno, cartón y una pegatina de papel, lo que provocaba un problema de flujo en sus plantas, lo que daba lugar a una pérdida de eficiencia y a mayores costes de manipulación.